De alguna manera la naturaleza del ser, como idea, se sitúa en el pasado (historicidad), en el origen y el artificio puro en el futuro, en el fin. Mientras que el artificio puro se ve ligado al intelecto (fruto de la evolución puramente humana) lo natural se ve reflejado en los instintos (pasado que nos une a los animales, forma anterior al desarrollo del razocinio).
Esto se traduce en un caracter misterioso y místico de todo lo perneciente a lo natural. Como elemento creador se le concede cierta sacralidad y perfección que se irá perdiendo con el paso del tiempo y la acción humana. Mientras que por otra parte la idea de artificio nos lleva al final que como opuesto de la creación y su perfección se le asigna el caracter de pérdida y degradación.
"Miss" conclusiones (o Lady degradada)
Vivimos en una mitad interminable que nos aleja de lo perfecto y nos lleva a la degradación, como atrapados por el instinto de supervivencia nos hemos estancado nosotros mismos en un bucle. Estado del que no saldremos hasta que admitamos que el hombre ya no es un animal sino un ser cuya única naturaleza es el artificio que su razocinio ha creado. Ya no necesitamos a Diós igual que ya no necesitamos que los instintos nos gobiernen, somos nosotros quienes tenemos que dominarlos a ellos.
ATÓMICA
mamíferos estúpidos
que os dejais llevar
por el instinto analfabeto
bípedos cuadrúpedos
que condenais el futuro
por cinco segundos
no esperéis que me apiade
de una manada de lobos autodestructivos
y un rebaño con vocación de presa
allá vosotros con vuestras bombas
insignificantes orgullosos
que no véis más allá
de incultos encantos
príncipes ridículos
que emprendéis cruzadas
en contra de vuestra salvación
no esperéis que me apiade
de una manada de lobos autodestructivos
y un rebaño con vocación de presa
allá vosotros con vuestras bombas
animales patéticos
que sin más asesinais
lo que nos hacía distintos
lo que nos hacía especiales
mamíferos estúpidos
que os dejais llevar
por el instinto analfabeto
bípedos cuadrúpedos
que condenais el futuro
por cinco segundos
no esperéis que me apiade
de una manada de lobos autodestructivos
y un rebaño con vocación de presa
allá vosotros con vuestras bombas
insignificantes orgullosos
que no véis más allá
de incultos encantos
príncipes ridículos
que emprendéis cruzadas
en contra de vuestra salvación
no esperéis que me apiade
de una manada de lobos autodestructivos
y un rebaño con vocación de presa
allá vosotros con vuestras bombas
animales patéticos
que sin más asesinais
lo que nos hacía distintos
lo que nos hacía especiales